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El alto precio de un sello

Los ecuatorianos se indignan por las largas esperas y el coste elevado de las gestiones en sus consulados Califican los trámites de "atraco" y de "desastre"

EDWIN WINKELS BARCELONA 15/01/2005

La mujer sentada detrás de una mesa, algo improvisada, sobre el umbral de la puerta no se inmuta ante la avalancha diaria de ecuatorianos en busca de información, documentos y sellos.

Pero en las dependencias del consulado de Ecuador en Barcelona aún no se producen las escenas de Madrid, donde las colas ya empiezan a formarse el día anterior y decenas de personas pasan la noche a la intemperie, a la espera de poder empezar a tramitar o sellar el récord policial, la hoja de antecedentes penales; imprescindible para acogerse a partir del 7 de febrero a la regularización.

Demasiado trabajo

Y no sólo hay cola para tramitar esa ficha policial, sino que se suman decenas de personas que quieren inscribir a sus hijos recién nacidos o renovar un pasaporte. Demasiado trabajo para un pequeño consulado que a las dos de la tarde debe dejar decenas de personas sin atender. "Ya me han dicho que vaya a pagar al banco y que vuelva mañana, que hoy ya no podrá ser", dice un hombre que necesita el documento que refleja que su hija ha nacido en España y no en Ecuador. "Además, es un atraco. Piden mucho dinero para todo". Sólo el sello para el récord policial ya vale 50 euros, y todo el proceso cuesta unos 135. "En Ecuador el pasaporte te cuesta 85 dólares, aquí debo pagar 110 euros", dice Jimmy, que tampoco ha podido cumplir todos los trámites. "Es un desastre. Hay sólo una persona que atiende a toda la cola. Y ahora me acaban de decir que necesitan otra cosa". Le piden una ficha con las huellas dactilares, "para evitar que venga gente como el Chamba", dice, en alusión al presunto asesino de Lérida que en Ecuador asesinó a ocho mujeres y limpió legalmente su ficha policial. "Antes no había tantas colas, pero con lo del récord policial viene mucha gente de golpe", dice Paula Cervalles, que tendrá que esperar unas dos horas para obtener los poderes para que un familiar directo le pida la ficha en Ecuador.

Muchos ecuatorianos esperan con impaciencia la prometida llegada de cuatro brigadas de cuatro agentes ecuatorianos que se repartirían entre los consulados de Barcelona, Madrid, Valencia y Murcia para agilizar los trámites, pero, de momento, esos policías siguen sin venir. Con ellos, la gente tampoco se librará de largas esperas y repetidas visitas.

De madrugada

Alberto Giler Vera aguantó 32 horas de cola en Madrid, con temperaturas nocturnas por debajo de cero. Se puso en la fila a las cinco de la madrugada, pero cuando ya le tocaba el turno, 14 horas después, se acabó el horario de atención al público y tuvo que permanecer en la calle otra noche más. Para defenderse del frío, dice con ironía que va "forrado, no de dinero, sino con cinco capas de ropa".

Pero el caso de Alberto no es el único. En Madrid, cada noche duermen al raso no menos de mil ecuatorianos. Otros se protegen con cartones y la mayoría consiguen que algún familiar les supla unas horas. Las peleas por los turnos son cada vez más frecuentes y la Policía Local ya ha destinado una dotación permanente.

"¿Usted puede enviar una carta al presidente de mi país?", pregunta Carlos Jacome, compañero de fila de Alberto. "Dígale que esto es una vergüenza. ¿O es que los españoles han hecho alguna vez colas así?"

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