Fuente: Casa América Catalunya
La esperanza de un futuro mejor para Latinoamérica marca el tono de la sesión inaugural de las Crónicas de Bicentenarios.
El auditorio de Casa Amèrica Catalunya albergó a una nutrida representación del cuerpo consular latinoamericano en Barcelona, al propio patronato de su Fundación, destacados artistas como Eugenio Dávalos, intelectuales participantes en el programa de la semana y numeroso público durante la excelente sesión inaugural de la semana dedicada a las Crónicas de Bicentenarios, centradas en los 200 años de Independencia que celebran en el 2010 países como Argentina, México, Venezuela, Colombia y Chile.
La velada se inició casi como continuación del memorable concierto dominical vivido en el Auditori del Conservatori del Liceu, aunque en pequeño formato. Siete de los 35 miembros de la prestigiosa Coral Càrmina deleitaron a los reunidos con tres piezas del mismo repertorio cantado el día anterior: Hanacpachap cussicuinin, el poema de Pablo Neruda Me gusta cuando callas y el eterno bolero Bésame mucho en una especial y original versión dejaron al público bien preparado emocionalmente para los parlamentos.
En la mesa presidencial, Fernando García Casas, director adjunto en el gabinete de Enrique Iglesias en la secretaria general Iberoamericana. Junto a él, José Pablo Feinmann, filósofo y escritor argentino, así como Nelson Garrido, artista y agitador cultural venezolano, uno de los factotums de la brillante exposición Liberando al Libertador dedicada a Simón Bolívar, inaugurada también al mismo tiempo en la sede de Casa Amèrica Catalunya. Por último, Antoni Traveria y Marta Nin, como representantes de la Casa anfitriona.
Fue Antoni Travería quien tomó la palabra para precisar, en su calidad de director general, los imponderables de última hora que alteraron de manera notable el programa previsto. La ceniza del volcán islandés retuvo a Antonio Skármeta en su Santiago de Chile, ya que debía tomar un vuelo de conexión en París con Air France y su compañía no le aseguraba la llegada a Barcelona, con lo que el autor de El Baile de la Victoria prefirió no arriesgar. Y Enrique Iglesias fue requerido por el Senado español para una comparecencia en Madrid a la misma hora de la sesión inaugural. Como confesó Travería ante la complicidad bien ganada del público, “tras tantos meses de trabajo, ilusión y nervios, poco podemos hacer ante la fuerza de un volcán islandés y el poder institucional democrático español”. Por supuesto, ni la menor recriminación. Y menos aún ante el excelente nivel de los parlamentos posteriores.
Marta Nin, adjunta a la dirección y comisaria de Liberando al Libertador, ofreció las claves precisas para comprender la exposición: “Bolívar es la figura más manoseada de América Latina. Para la muestra, dividida en varios ámbitos, hemos contado con la colaboración de diversos artistas y colectivos latinoamericanos explicando sus conceptos y aproximaciones al personaje. Su legado intelectual es un nuevo campo de batalla. Hemos recogido sus palabras y las palabras de sus estudiosos. Seducen y provocan reflexión”.
Nelson Garrido, artífice del apartado Bolívar aguanta todo, detalla que este mitificado general “es lo uno y su contrario, lo usan y lo abusan”. Imposible definirlo en menos palabras. Espléndido, el análisis del diplomático Fernando García Casas. Su exposición, iniciada en catalán, sin un papel delante, denotó un exhaustivo conocimiento de Latinoamérica, no en vano ha dedicado más de una década de carrera a la región. En la primera fase, García Casas se refirió a la necesidad de aprovechar los Bicentenarios. “Nuestra Secretaría General Iberoamericana trabaja ya en 22 países y esta conmemoración resulta una excelente ocasión para examinar las deficiencias de Latinoamericana y su situación actual. Hemos puesto en marcha el programa Generación 2021 para rebajar ese 36% de abandono escolar”.
Otros objetivos trazados: “Hay que elevar ese escaso 9% del tráfico en Internet en castellano y portugués, realmente bajo, como hay que fijar las metas para elevar la cooperación cultural general en nuestros países hasta conseguir llegar al 6% del PIB alcanzado ya por México. Latinoamérica debe ampliar su cooperación económica y cultural con nuevas organizaciones de carácter internacional, capaces de proyectar y reforzar América Latina en el mundo. Asimismo, debemos ser fuertes para crear un sistema latinoamericano de cooperación social que permita, por ejemplo, percibir pensiones de vejez transnacionales”.
Entre los puntos fuertes tangibles, citados por García Casas: “América Latina ha estado creciendo seis años a un ritmo del 5% anual hasta que llegó la crisis, que afecta al turismo, la compra de materias primas e inversiones, pero será pasajera. México, Brasil, Argentina y España están en el G-20. La democracia es ya una realidad consolidada. Dos mujeres, un sindicalista, un líder indígena y un ex guerrillero han sido presidentes de nación. En un lustro, 37 millones de personas han abandonado la pobreza…. Pasan muchas cosas. A mejor, por supuesto”.
Y tampoco el mundo es de color de rosa en aquellas latitudes. García Casas lo tiene bien presente: “Siguen existiendo muchos desafíos, queda un trabajo ingente por hacer. Hay que reformar los Estados, hacerlos más ágiles, más próximos a la sociedad. Todavía existen 184 millones de pobres. Es básico combatir la violencia y a las mafias que desafían los Estados de Derecho. Acabar con la baja productividad. En algunos aspectos, se ha perdido ya el tren del progreso, como en el caso de ese mínimo 5% que tiene acceso a la banda ancha de Internet…”.
El resumen conceptual de Fernando García Casas en la sesión inaugural, un diagnóstico del momento, del Bicentenario de las Independencias: “ América Latina es un actor global. Debemos saber navegar bien en el mundo de la globalización, con crecimiento y una redistribución justa de la riqueza generada”.
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